El taller de Psicología sobre los Tratamientos No Farmacológicos del Insomnio en Adultos ofrece una oportunidad única de capacitación para profesionales y estudiantes del área de la psicología. Este taller combina una reunión virtual en Google Meet con contenido asincrónico disponible en nuestra plataforma de estudios. Diseñado para abordar los desafíos del insomnio en adultos desde una perspectiva terapéutica no farmacológica, este taller proporciona recursos actualizados y estrategias prácticas para mejorar la calidad del sueño y promover la salud mental. Únase a nosotros para explorar enfoques innovadores en el manejo del insomnio y ampliar su conjunto de habilidades en psicología clínica.

CONTENIDO

Primera Lección

Etapas del sueño

Ritmo Circadiano

Evaluación de los trastornos del sueño

DSM: trastornos del sueño

El Manual Diagnóstico y Estadístico de los Trastornos Mentales, en su quinta edición (DSM-5),1 define el insomnio como aquellas quejas de dificultad para iniciar el sueño, problemas para mantener el sueño, o despertares muy tempranos con incapacidad para lograr volver a dormir, aun en presencia de oportunidades de sueño y factores ambientales adecuados, y que suele acompañarse de angustia clínica o deficiencia funcional. 

Según el DSM-5,1 estos síntomas ocurren al menos tres veces por semana durante al menos tres meses. 

Los epidemiólogos han publicado numerosos estudios sobre el insomnio basados en datos recopilados en diversas muestras o poblaciones representativas de la comunidad. Dichos estudios proporcionan estimaciones de la prevalencia del insomnio según cuatro definiciones: síntomas de insomnio, síntomas de insomnio con consecuencias diurnas, insatisfacción del sueño y diagnósticos de insomnio.

Según los criterios de insomnio definidos por el DSM-5, se reconoce que aproximadamente un tercio de la población general presenta al menos uno de ellos. La segunda definición muestra que, si se tienen en cuenta las consecuencias diurnas del insomnio, la prevalencia se sitúa entre el 9% y el 15%.

La tercera definición representa el 8-18% de la población general. La última definición, más precisa y correspondiente a un diagnóstico de toma de decisiones, establece la prevalencia en el 6% de los diagnósticos de insomnio según la clasificación DSM-5. Estas cuatro definiciones de insomnio tienen tasas de prevalencia más altas en las mujeres que en los hombres. 

La prevalencia de los síntomas de insomnio generalmente aumenta con el avance de la edad, mientras que las tasas de insatisfacción del sueño y los diagnósticos tienen poca variación con la edad

En los adultos mayores, el insomnio tiene importantes características que lo hacen diferir del insomnio de la población en general. Existen varias razones para que los problemas de insomnio en las personas mayores sean explorados. Primero, que la vulnerabilidad al insomnio aumenta en el adulto mayor con algunos cambios relacionados al propio proceso de envejecimiento fisiológico, y algunos medicamentos que los adultos mayores toman también pueden influir en el mismo. En segundo lugar, está evidenciado que el insomnio está asociado al deterioro cognitivo, eventos cardiovasculares, la depresión, la demencia, y otras condiciones de salud, incluso la mortalidad, que frecuentemente se asocian con los adultos mayores. Por lo tanto, en el adulto mayor el insomnio también representa una carga socioeconómica a parte de los problemas relacionados con la salud. En tercer lugar, entre los tratamientos existentes en la actualidad para tratar el insomnio, los psicofármacos en ocasiones se asocian con reacciones adversas graves en los adultos mayores.

De igual forma que otros procesos fisiológicos, existen diversos cambios que se relacionan con la edad que ocurren a lo largo de la vida y que afectan a la calidad del sueño. El tiempo total de sueño se reduce de 14 a 10 horas por noche en el rango de edad pediátrico a 8,5 horas por noche en el adulto joven, luego se aminora a un ritmo más lento en edades más avanzadas donde el valor promedio por noche puede variar de 7 a 5 horas. La capacidad máxima de sueño también disminuye con el avance de la edad, con un promedio de 8,9 horas por noche en personas más jóvenes y de 7,4 horas en personas mayores. Suponiendo que una persona tiene una buena salud, la tendencia a que el tiempo total de sueño disminuya suele cesar después de los 60 años, en este momento, el tiempo total de sueño se estanca.

La evaluación y el diagnóstico del insomnio son de ámbito clínico, basados en una historia clínica completa de los problemas del sueño y de las comorbilidades relevantes obtenidas de los pacientes, sus parejas y/o cuidadores en algunos casos. La evaluación de los síntomas del insomnio representa grandes desafíos ya que pueden ocurrir como un trastorno primario o también como resultado de otras afecciones comórbidas.

El profesional debe evaluar la naturaleza, frecuencia, evolución y duración de cada síntoma, así como la respuesta al tratamiento. Con el uso de varios diarios del sueño y de cuestionarios, se puede lograr una evaluación completa del insomnio. Un diario de sueño incluye preguntas detalladas que pueden ayudar a obtener antecedentes de sueño adicionales. Es un registro nocturno de patrones del sueño y de interrupciones, como también de los tratamientos intentados y los patrones de higiene del sueño. Los aspectos temporales del sueño (tiempo en el que un paciente se acuesta, intentos de sueño, tiempo de despertar y tiempo final fuera de la cama), aspectos cuantitativos (latencia de inicio del sueño, número y duración de los despertares, vigilia después del inicio del sueño, tiempo total de sueño) y aspectos cualitativos (calidad subjetiva del sueño, satisfacción) deben ser observados también.

Técnicas intervencionales no farmacológicas

Tai Chi

El Tai Chi es un arte marcial chino antiguo que se caracteriza por incorporar elementos de equilibrio, fortalecimiento, concentración y alineación postural. El Tai Chi está obteniendo popularidad en los países occidentales a pesar de que es ampliamente practicado en la comunidad china. Es un ejercicio que tiene altos niveles de disfrute y que no representa peligro para los adultos mayores, incluso aquellos que no son activos. Los efectos del Tai Chi en el sueño del adulto mayor han sido demostrados mediante ensayos controlados aleatorios y meta-análisis en los que se demostró que su práctica mejora significativamente tanto el sueño objetivo como el subjetivo en los adultos mayores con insomnio crónico y que dichas mejorías se mantuvieron por los próximos 24 meses.

Musicoterapia 

Escuchar música sedante o relajante es una estrategia que resulta efectiva para la mejora de la calidad del sueño en los adultos mayores. La música sedante o relajante es aquella que se encuentra caracterizada por tener un tempo lento, de entre 60-80 latidos por minuto, y una melodía y ritmo suave. Basado en la teoría psicofisiológica la musicoterapia mejora el sueño a través de la modulación de la activación del sistema nervioso simpático y la liberación de los niveles neuroendocrinos de cortisol, lo que reduciría los niveles de ansiedad y las respuestas al estrés de los pacientes.

Luminoterapia 

La luz influye de forma importante en la vigilia y el sueño. En primer lugar, la luz influye de forma directa en el núcleo cerebral supraquiasmático, que es la región del hipotálamo encargada de controlar los ritmos circadianos (cambios físicos, mentales y conductuales que siguen un ciclo de 24 horas), a través del ojo y del tracto retinohipotalámico. En segundo lugar, la luz inhibe la secreción de melatonina. Tercero, la luz tiene efectos de alerta a través de proyecciones indirectas sobre el sistema de excitación ascendente, y esto a su vez facilita las conexiones talámicas y corticales. 

Tomando en cuenta la importancia de la luz en la regulación del sueño y vigilia, esta técnica se ha aplicado terapéuticamente como tratamiento para los trastornos del sueño. Es una forma de tratamiento sencillo que tiene costes bajos y que además no suele producir efectos residuales ni tolerancia como los tratamientos farmacológicos.

Aromaterapia 

La aromaterapia es uno de los tratamientos no farmacológicos que se emplea para tratar el insomnio, es utilizado comúnmente en países orientales, especialmente en China. Funciona al inhalar, bañarse o masajear extractos aromáticos en el cuerpo humano.

Terapia basada en la atención plena para el insomnio (TBAP) 

Este es un enfoque reciente que se basa en la atención plena dirigida al sueño para aquellos pacientes con insomnio. Se caracteriza por prácticas conscientes y por indagaciones extraídas de la terapia de atención plena con estrategias de comportamiento utilizadas en la terapia cognitivo conductual para el insomnio. Esta terapia, a diferencia de la cognitivo conductual, se centra en la metacognición mediante el aumento de la conciencia de los estados psicofisiológicos que suelen estar presentes en los síntomas del insomnio e instruir a los pacientes sobre cómo poder adoptar una actitud más flexible hacia estas experiencias. Se ha demostrado que el fortalecimiento de la meta-cognición mejora los estados de ánimos positivos, disminuyen los pensamientos distraídos y rumiantes y reducen la excitación relacionada con el sueño, ayudando a facilitar el sueño.13 

Terapia cognitivo-conductual para el insomnio 

La terapia cognitivo-conductual para el insomnio (TCC-I) es una intervención multimodal enfocada en el sueño, a través de procedimientos tanto psicológicos como conductuales. La TCC-I tiene evidencias de ser exitosa para los adultos mayores con insomnio.14 Se basa en la aplicación de condicionamientos tanto operantes como clásicos como instrucciones de control de estímulos, la corrección de los comportamientos que interfieren con el sueño mediante la educación que se le da al paciente sobre la higiene del sueño, el reconocimiento y posterior reducción de 

aquellos precursores de la hiperexcitación del insomnio, la mejora en la regulación circadiana y de la homeostasis del sueño a través de una programación del sueño y la privación limitada y parcial del sueño y el uso de la terapia cognitiva.14 

Alguna de las técnicas utilizadas por la terapia cognitivo-conductual para el tratamiento del insomnio suelen ser: 

– La terapia de relajación: las personas con insomnio suelen tener altos niveles de excitación fisiológica, cognitiva y emocional, tanto durante las noches como durante el día. Las terapias de relajación reducen la ansiedad relacionada con el sueño y la excitación al momento de acostarse, este tipo de terapia puede ser una buena opción para las personas que caracterizan el insomnio como una incapacidad para relajarse o aquellas que presentan quejas somáticas. La relajación muscular, el entrenamiento autógeno y la biorretroalimentación son las técnicas que tienen como objetivo proporcionar esta relajación. 

– La terapia de control de estímulos: se originó a partir de un análisis de aprendizaje operante en el que se determinó que el quedarse dormido es un acto instrumental destinado a producir refuerzo (sueño), y que los estímulos asociados con el sueño se convierten en estímulos discriminatorios para la aparición de refuerzos. Según esta teoría, la dificultad para conciliar el sueño, o para volver a dormirse después de despertarse, puede deberse a un control inadecuado del estímulo.

Los objetivos de acondicionamiento operante del control de estímulos son fortalecer las asociaciones compatibles con el sueño con el ambiente de cama y dormitorio y eliminar las incompatibles con el sueño; los objetivos de acondicionamiento clásicos son romper la asociación entre el dormitorio y el insomnio. Las instrucciones de control de estímulo disminuyen la cama y el dormitorio como señales para la excitación y restablecer la cama y el dormitorio como señales fuertes para conciliar el sueño. Además, promueven un ciclo circadiano de sueño-vigilia más regular.

Terapia de restricción del sueño: es una técnica conductual sistemática, controlada y parcial de la privación del sueño que está diseñada para consolidar el sueño de forma rápida y luego aumentar de manera gradual el tiempo programado asignado para el sueño cuando se ha logrado una eficiencia adecuada del mismo. Tiene como objetivo regular el ciclo de sueño-vigilia adaptando el tiempo pasado en la cama a la verdadera necesidad de sueño. Con esta terapia se busca consolidar el sueño de tal manera que el tiempo que se pase en la cama sea enteramente durmiendo.15 

– Higiene del sueño: es aquella que se caracteriza por involucrar varias intervenciones para promover un patrón de sueño estable y un ambiente no perturbador. No es realista esperar que los pacientes se involucren en todas estas prácticas de higiene del sueño al mismo tiempo por lo que se deben priorizar las prácticas de higiene del sueño más relevantes basadas en el historial de sueño de cada paciente e implementar cambios de una manera serial. 

La higiene del sueño sigue una serie de pasos que pueden ir en el siguiente orden: 

– Mantener un horario regular de sueño/vigilia 

– No intentar recuperar el sueño perdido en fines de semana o días festivos. 

– Abstenerse de tomar siestas durante el día. 

– Mantener el dormitorio oscuro y a una temperatura que sea cómoda. 

– Bloquear los ruidos que pueden perturbar el sueño con tapones para los oídos de esponja o ruido blanco producido por ventiladores, aires acondicionados o una máquina de ruido blanco. 

– No mirar el despertador y preocuparse por el tiempo o el sueño perdido. 

– Desarrollar un ritual de sueño. 

– Planificar actividades nocturnas que promuevan la relajación. 

– Mantener una dieta saludable. 

– Evitar o minimizar el consumo de cafeína. 

– Evitar o minimizar el consumo de alcohol.